Cuando Sunny abrió los ojos esa mañana, se encontró ante los ojos un humeante café recien hecho esperándo eln la mesilla. Dos caramelos de cereza reposaban junto a él.
-Alyson.
En seguida entendió aquel gesto de cortesía. Sin duda Alyson pensaba que a Sunny le había afectado mucho todo el asunto de Will y su recien aparecida novia.
Se vistió deprisa, eligiendo unos vakeros sencillos y una holgada camiseta gris de los The Funny Birds, y aseó su aspecto con un simpático recogido de los bucles de su cabello rojo. También probó con la sombra de ojos y acentuó sus pestañas. Tuvo un poco de miedo de no excederse, pues hacía mucho tiempo que no se maquillaba. Dejó de hacerlo cuando le rompieron el corazón, y las ganas.
-Eres estúpida. -Le dijo a su hermana al bajar al comedor.
-De hecho es todo lo contrario. Y tengo pruebas que lo demuestran. -Respondió ella con una alegre sonrisa. -Me gustaría quedarme a escuchar como me echas la bronca por haber tenido un gesto amable contigo. ¿Estaba bueno el café? ...Pero tengo que marcharme. Hoy tengo un asuntillo bastante importante que manejar. -Concluyó aportando una elocuente risita.
-La próxima vez echa más azúcar. Y más caliente por favor.
-Qué encanto mañanero eres. ¡Por cierto, bonitos ojos verdes perfilados! Hacía siglos que no te los veía así. Y podrías ponerte una falda de vez en cuando. Ya ni sé si tienes piernas o se te han pegado a la tela rancia de tus ochomil vakeros.
-Sí. Sí. Sí. Vete ya, anda.
Antes de marcharse, Alyson se tropezó un par de veces por la casa. Parecía nerviosa, al contrario que Sunny, que haciendo caso omiso a lo ocurrido el día anterior, se mostraba bastante indiferente y concentrada en su mundo. Como era habitual.
El camino al instituto también fue de lo más común. Ella buscó un rincón apartado en el autobús, intentando abrirse paso entre un grupo de chicas cotorreando, y se le iluminaron los ojos al encender su i-pod para escuchar lo último de su grupo favorito.
Hoy no pensaría en nada. Ni siquiera en lo que estaba haciendo. Solo disfrutaría de su música y olvidaría que era una ciudadana más uniendo su vida a los quehaceres cotidianos.
Pero ahí estaba de nuevo él, para emborronar sus planes.
-De nada, ¿eh? pelirroja...por las entradas digo.
No obtuvo respuesta. Sunny ni siquiera apartó la vista del paisaje fuera de la ventana, para mirarle.
-Te haces la dura ¿eh? Bueno veamos si esto funciona...
William quitó a Sunny los cascos y se le acercó al oído para poder susurrarle.
-I will be, the best thing. You act like you don't care, love, but just see...
Los versos de la canción revelaron la profundidad de la voz de William, hasta ahora desconocida para Sunny, a quien se le heló hasta la sangre por escucharle. Cantaba como los ángeles. Casi rozaba la perfección del vocalista de TFB. La misma pronunciación diferida. La misma voz quebrada. El mismo estilo perezoso. Un escalofrío atravesó el cuerpo de la chica, de extremo a extremo y le pidió a gritos seguir escuchando más y más de aquella voz.
Pero ella misma fue la que frenó todos aquellos pensamientos.
-¡Pero qué estás haciendo IMBÉCIL! -Gritó sobresaltando a medio autobús.
Después de todo, hacía tanto que nadie le susurraba al oído...
-Me has... me has asustado, !Joder¡
Sunny podía notar sus latidos taladrándole la garganta. Se sentía expuesta, vulnerable, diferente. Escuchar aquella voz le había causado un efecto aún más devastador del que pensaba, y más ahora que tenía enfrente aquellos ojos.
Ya no pudo disimular su nerviosismo.
-Guárdate esas cosas para tu chica, William.
Will abrió mucho los ojos, sorprendido. ¿Cómo sabía ella...?
-Espera, espera... ¿me has llamado William? -Él también se mostró nervioso. -Es la primera vez que lo haces...
-Bueno, es tu nombre, ¿no? ...
-Si...
Las palabras le patinaban en la mente, y no supo qué más decir. Ni tampoco reconoció los signos de nerviosismo que estaba mostrando. Ni su corazón dando brincos.
-A Rachel solo le gusta que le susurre en ciertas ocasiones. -Soltó sin más. Sin pensar ni medir ni un poco sus palabras.
-No me interesa en absoluto. -Contestó ella fríamente. Temblando por dentro.
Definitivamente, esas no fueron las reacciones que cabría esperar de dos amigos comunes.
Pasaron el resto del viaje en silencio. Las dos primeras clases se hicieron eternas para Sunny, que tuvo que soportar que le tocara formar grupo de trabajo con las chicas cotillas, a las que odiaba profundamente, pero la mantenían alejada de unos pensamientos demasiado turbadores como para que los considerara viables.
Will había transformado su actitud de repente, y tras la ignoración que se profesaron durante aquel día de clase, decidió acercarse a su amiga durante la comida. Ese día tenían clase por la tarde, y él había decidido sentarse a comer con ella, como siempre.
-Ey, cascarabias. -Le dijo sentandose a su lado en una de las mesas de la cafetería. -¿Te pido lo de siempre? ¿Ensalada de pasta y patatas fritas?
-No, ya voy yo. -Contestó ella y se levantó a aguardar la cola.
Cuando se hubieron servido volvieron a la mesa. Will se sentó en frente de ella, aunque ésta aún no le prestaba la mínima atención. Él probó a ponerle un par de caras graciosas, lo que siempre hacía para romper el hielo, y hacerla reír, pero no funcionó porque ella no quería mirarle.
-Tu hermana dijo que estabas enfermo. -Dijo de repente. -¿Qué te pasaba?
Los ojos verdes de ella se posaron unos segundos en los de él, y Will sonrió un poco. Después Sunny volvió a observar su plato de comida.
-Revisión matutina. -Ella levantó la vista. -Naaada grave compañera, je,je. -Dijo sin mucho entusiasmo.
Sunny había fruncido el ceño. Estaba preocupada y Will lo notó.
-Así que por eso faltas tanto, o entras tarde a veces. -Dijo. Ya se atrevía a mirar sus ojos. -Nunca me has dicho por qué asunto era, pero ya veo que es por esto. ¿Por qué ahora?
-¿Por qué ahora? ¿No me preguntas qué es lo que tengo? ¿Tan poco te importo? -Will puso pucheros mostrando una amigable expresión, pero Sunny se mostraba seria.
Claro que quería preguntarle que le pasaba, pero por alguna razón lo le salió.
-Tengo... dios... hace tanto que no cuento esto, creí ya no tendría que hacerlo nunca más.
-No voy a insistirte si no quieres. Pero... -Sunny giró su cabeza para mirar a otro lado. -Realmente me interesa, porque quiero saber si estás bien. -Enrojeció pero tosó para cubrirlo.
-!Ja,ja¡ ¿Así que ya volvemos a ser amiguitos? Con lo enfadad que te he visto todo el día pensé que no ibas a perdonarme nunca por susurrarte... lo siento, por cierto. No sabía que no te gustaba.
-No es eso. -Sunny se alarmó. No quería explicarle el verdadero motivo de aquel asunto, pero ya no pudo parar. -Es que para mi eso es algo un poco personal...¿sabes?
-Te ha parecido que invadía tu espacio. Lo entiendo... lo siento. No volveré a hacerlo... a no ser que me dejes...o me lo pidas. -Will adquirió su cara de las bromas de nuevo.
-Bueno Willy, ya es hora. Vamos a lo serio.
Will se alegró de que Sunny volviera a ser la misma de siempre. Respiró hondo antes de hablar.
-Tengo problemas respiratorios. Es... por eso que nunca hago las pruebas de educación física, o por lo que tuve que dejar de... bueno, eso es otra historia.
-¿De? -Insistió ella, quien lo miraba claramente preocupada.
-De cantar... je,je.
Ahora lo entendía todo. Esa voz tan exclusiva. Otra cosa que no sabía de él.
-Antes cantaba en un grupo, en Jacksonville, mi antigua ciudad. Pero a los 15 años me detectaron este problema en los...pulmones y también afecta a las vías respiratorias. Es... por favor Sunny no pongas esa cara, en serio, no es nada tan grave. -Le dijo Will con voz dulce.
Sunny se percató entonces de que debía de tener una cara de preocupación bastante notoria, pero en ese momento le daba todo igual. Esa persona que tenía en frente era, -lo quisiera o no- lo mejor que había conocido ese año, y en muchos años. Un amigo sincero con quien compartir moementos. Alguien que había logrado acercarse a ella, lo que era tan difícil desde hacía tiempo, y sacarle unas cuantas sonrisas diarias. Sí, estaba preocupada por él y no le preocupaba esconderlo.
-Cuéntame más, Will...y.
-Ja,ja,ja. Vale. Me gusta que seas la misma otra vez.
La miró dulcemente. Quizás él también le había cogido cariño. Eran aún demasiado fríos el uno con el otro. Existían muchass barreras que no se habían atrevido a cruzar. De ahí que algunos sentimientos resultasen confusos.
-Los médicos y especialistas no saben exactamente que es lo que me pasa. Pero apuntan a que se trata de un defecto congénito. Es decir, que nací con este problema, aunque se me desarrollase por completo a los quince años. No es mortal ni mucho menos, pero es molesto, y me impide realizar esfuerzos físicos excesivos, o grandes. Mi madre se preocupa demasiado yme prohibe muchas cosas, pero ya sabes que yo sigo patinando, por ejemplo, o corriendo contigo por los pasillos cuando la liamos por ahí. -Will sonrió, y Sunny también.
-Entonces no es grave. ¿Qué sientes exactamente, te duele al respirar?
-Sí, más o menos. Llevo un inhalador, como los asmáticos, mira. Pero lo uso muy de vez en cuando. Lo de la revisión fue... rutinario. No es que haya empeorado ni nada, estoy bien.
Will mostró de nuevo su positividad ante la preocupada Sunny que parecía haberse calmado un poco. Sonreía, y hasta bromeaba con él como de costumbre, por lo que el resto de las clases se hicieron amenas y muy soportables.
William había vuelto a abrirle su corazón contándole una cosa más. Quizás ella debiera empezar a hacer lo mismo.
-¿Unas canastas antes de irnos a casa? -Propuso el chico a la salida, mientras le propinaba a Sunny una amigable palmadita en el hombro y una sonrisa. -Prometo no humillarte como la última vez. Quizás hoy seas capaz de dar al aro alguna vez, y no mandarlas todas a Madagascar...
-¿Pero tú te estás oyendo? Creo recordar que la última vez te di semejante paliza que por poco me lloras por una revancha. ¿No te acuerdas? Te prometí que te echaría la revancha si me llamabas "Oh gran señora del Rock, preciosa y brillante Sunny" durante una semana. -La chica rió animada.
-Er... si bueno, quizás fue algo así, pero... mi memoria esá un poco afectadilla por mi afección... ¡auch qué malito estoy! ¡Sunny hazme el boca a boca!
Will empezó a hacer idioteces y gestos de dolor que a Sunny le resultaron muy graciosos. Era común para él hacer esa clase de comentarios comprometidos, como si de bromas normales se tratase, así que ella ya no se sobresaltaba.
-Mejor que te lo haga el balón. -Dijo poniendole la pelota en la cara. -Vamos, enqlencliyo, que te voy a machacar un rato.
-Eso, eso, tú no ayudes al pobre enfermito, que en su lecho te está pidiendo que le des un poquito de amor...
-¿Ahora vas a usar la excusa de tu afección todo el tiempo? Yo estoy enfadada con el mundo y no por eso tienes que soportar mis quejas todo el día...
-¿PERDÓN? Que no te quejas ¿dices? -Rió el chico. Aunque Sunny estaba siendo irónica, y justo, en ese momento, la sonrisa que se curvó en su cara y el brillo que apareció en sus ojos fue sincero y tan radiante, que William no recordaba jamás haberla visto así, tan ella misma.
A lo mejor se había quitado la máscara, en ese instante, solo para él.
Y el aire de aquella tarde, despeinó a aquellos dos pequeños mares de dudas.
-Por cierto, Algún día haré que me cuentes por qué estás enfadada con el mundo. !Y después te desenfadaré¡ -Dijo Will y le besó a Sunny una mano. Ella se mostró sorprendida y no dijo nada, solo le miró unos segundos hasta que él se dio la vuelta.
Will dobló la esquina y se alejó rumbo a alguna parte.
Sunny necesitó echar un par de canastas más antes de volver a casa. Canastas para acallar un poquito sus latidos.
-No deberías hacer promesas que no puedes cumplir, Willy...
Will dobló la esquina y se alejó rumbo a alguna parte.
Sunny necesitó echar un par de canastas más antes de volver a casa. Canastas para acallar un poquito sus latidos.
-No deberías hacer promesas que no puedes cumplir, Willy...
Esta historia cada día me gusta más.
ResponderEliminarSigue así, me gustaría saber si Will cumplirá su promesa...
Un Beso :)
¿A qué juega Willy? Es un auténtico casanova: me encanta y a la vez me desquicia... ¡¡Necesito máaas!!
ResponderEliminar:D
ya sabes que opino :)
ResponderEliminarcada vez que empiezo a leer tengo miedo de que llegue el final de la entrada!
(L)
He comenzado a leer y no he podido parar. Estoy deseando leer tu historia. Gracias por pasarte por mi blog. El tuyo me encanta. Besos.
ResponderEliminarclaro que puede, esto es sólo el principio.
ResponderEliminarme ha encantado! hay promesas que no se sabe si se cumplirán hasta que no pasen los años....:)
ResponderEliminarHacía tanto que no leia una historia que me hiciera suspirar y sonreirme tanto!
ResponderEliminarDebo decirte que me encanta y espero la próxima entrada con muchas ansias!
las inconquistables la novela de la que todos estan hablando ¿...te atreves a entrar...?
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