Y quizá me encierre a vivir contigo, debajo del edredón.

(:

viernes, 16 de julio de 2010

Mañanas divertidas en Summerlandia.




Un día cualquiera en casa de los Summers.
Una sofocada Sunny enterrada entre cascadas de pelo anaranjado despierta malhumorada a causa de la estrepitosa melodía del despertador.
A fuera, otro abrasante día en su Los Ángeles natal, y la playa está en calma, con sus arenas perfectamente ordenadas y creando la más exquisita tentación a solo abandonarse a la paz de ese día de Mayo.
Pero desafortunadamente es día de escuela.


El espejo de su cuarto le devuelve la imagen del desorden personificado que es ella misma, y sus cosas; libros dispares abiertos y con manchas de café desparramados por la mesa, pares y pares de botas y sandalias arrinconadas en una esquina, miles de ositos de peluche descolocados y ocupando todo el espacio, y en el centro del espejo ella, con sus profundos ojos verdes enmarcados en dos radiantes ojeras. Es evidente que su propietaria está inmiscuída en un mar de examenes.

- Buenos días, mundo. -Sunny se fijó de nuevo en su desmejorado aspecto. -Pero qué mal me tratas aveces...

Tras ataviarse con unos bakeros claros y una inmensa camiseta negra de los Sex Pistols, Sunny se encamina al desayuno no sin detenerse antes a observar la playa que se ve desde su habitación. Tan perfecta y serena, y piensa en la ironía del momento.

Se oyen risas en la habitación contigua.

- Ahora no, Troy... -Una voz dulce de mujer profiere un gemido ahogado. -No, no me toques ahí... ¿es qe estás loco? Mi madre está abajo y como nos descubra me va a encerrar mil años...

Ahora la misma voz está riendo, para posteriormente abandonarse al momento y transformar esa risa en más gemidos ahogados, hasta que Sunny con cara de asesinato profiere en la habitación de su querida hermanita pequeña.

-¡ALYSON SUMMERS! ¡¿Pero qué cojones haces con ese tio en casa?¡

La mirada de los dos jóvenes pillados en pleno momento crítico refleja en condiciones todo el terror de dos que van a ser comidos por la bestia...

Alyson profiere una risita nerviosa mientras intenta a tientas buscar su camiseta entre las sábanas. El chico está tan avergonzado que parece que va a explotar.
-Vamos, Sunn, ¿n o irás a decirle nada a mamá verdad? No estábamos haciendo nada... solo...

-Terminando el trabajo para anatomía, ¿no? Venga... ahórrate tus cuentos querida, no voy a decir nada pero solo porque estoy desesperada con mi examen de Francés, y para aumentar mi grado de estrés mi querida y ninfómana hermanita pequeña es también el cerebrito de su clase. Así que ya sé quien va a terminarme el trabajo. -Sunny enseña su dentadura perfecta en una sonrisa autosuficiente.

-Ah bueno... si solo es eso... qué suerte tengo de que seas lerdita. -Alyson ríe mientras su hermana la atraviesa con la mirada. De pronto ambas miran al chico, y el chico pasea su cohibida mirada de una a otra sin atreverse a mediar palabra.
-Esto... yo creo que voy marchando.
-Sí, sería todo un detalle. -Añade Sunny. -Más que nada, porque como sigas ahí plantado a lo mejor descargo mi furia asesina tirando tu ropa interior por la ventana...

El chico huye literalmente despavorido, con una tímida despedida para Alyson, y la chica le responde tranquila un "hasta luego" encogiéndose de hombros.

-Ains. -Suspira. -Otro que no vuelve a llamarme. ¿Por qué siempre me espantas a todos mis juguetes?
- Alyson, por favor. Tienes que dejar de hacer estas cosas. ¡aún eres un a jodida cría de 17 años!
- Y tú una abuela de 18, ¿por qué no dejas de criticarme y vives un poco Sunny? LLevas... -Alyson hace una pausa. -Más de año y medio lamentándote por tu ruptura... eso ya es agua pasada, deberías...deberías intentar pasar página y sonreír un poco para variar, chica.

Sunny no la contesta. Ha vuelto a tocar su fibra sensible.
Simplemente se va a desayunar dejando a su desequilibrada hermana sopesando sus actos.
De camino, su madre la regaña por el desroden de la habitación y le hace casi jurar que lo recogerá en cuanto llegue.

Su hermano pequeño está como siempre en el salón jugando a sus videojuegos de lucha.

-Hola Sunny.
-Hola Dylan, deberías dejar los videojuegos. Embotellan el cerebro, que ya de por sí le tienes bastante pequeño.

Su hermano emite una pedorreta, y Sunny sale de casa con una sonrisita, y un café enorme en la mano.

De camino a la estación de bus oye el taconear de unos zapatos altos a su espalda. Y resopla.
Alyson llega con paso acelerado y se detiene para coger aire justo en frente de su hermana mayor. A pesar de ser la pequeña, es mucho más alta. Le saca a Sunny prácticamte una cabeza de altura, y siempre luce su estilizada figura de largas piernas con vestidos alegres no demasiado atrevidos.

-... Un día de estos te vas a matar con esos taconazos.
- ...¿Me perdonas Sunn? -Alyson usa la táctica de la mirada de cordero degollado, que sabe que siempre funciona y al instante Sunny cae rendida.
- Eres un caso perdido.
- ¡Bieeen!
-Pero sin embargo, creo que deberías quererte un poco más. Llevas una vida demasiado alocada, creía que sería solo durante el verano, pero ya veo que va a más...
-Me quiero mucho, Sunny. Es más me adoro. ¿No ves lo preciosa que soy? ¡Auch! -Alyson mira apurada el reloj, y profiere un gritito. -¡Qué tarde es! Tengo que marcharme ahora mismo a recoger los resultados del exámen de Psicología, que como siempre será de matrícula de honor. -Ríe entusiasmada.
-Buff. No consigo entender como siendo así de loca, además eres un jodido genio...


Ambas ríen y se despiden.
Alyson tiene el coeficiente más alto de todo el instituto, pero su conducta no concuerda con el prototipo de estudiante erudita que cabría esperar...
Sunny está en el primer año de Universidad, estudiando Periodismo, en plenos examenes finales, pero con la cabeza en otor sitio, como siempre.

Ya en el autobús Sunny percibe su asiento favorito del fondo al lado de la ventana, y comienza su ritual de cada mañana escuchando un poco de rock clásico, claro que, a él no parece interesarle respetar su ritual.

-¡Ey peliroja! -William Rivers despierta a Sunny de su mundo, gritándole "suávemente" al oído un entusiasta saludo.
-No puedo tneer ni una mañana tranquila...
-Qué agradable estás hoy, compañera de pupitre. ¿Qué escuchas? Por favor.. esto es muy viejo, te recomendaría algo más moderno...a lo sum 41 o We the kings...
-¡Quiéres devolverme eso!

Sunny tira de su reproductor de mp3 que ha caído en las garras de William, y éste ríe y forcejea.
Están armando tal alboroto que medio autobús les observa con mirada turbada, aunque ellos no parecen haberse dado cuenta.

Como tampoco parecen haberse dado cuenta, que desde que empezó la Universidad, siempre pasan el tiempo juntos, diciéndose tonterías. Día tras día...





Este es el esquema de mi segunda novela aún comenzando a desarrollarse.
Sería un primer boceto de los personajes y sus relaciones, aún muchas sin revelar.
Perdón por la mala letra =P


Y por último, una grande, de We the Kings, juju.

http://www.youtube.com/watch?v=UM3ubdQ7Pj0&feature=related

6 comentarios:

  1. jajajaja, el summer es hemroso y en tú país se toman un mes entero para vivirlo al máximo!

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  2. Mucha forma... se podría trabajar los personajes desde un lado más conceptual...

    Escribiría más, pero tengo sueño... luego te digo mi parecer =)

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  3. Me ha hecho mucha gracia "Summerlandia", un amigo hacía el mismo juego de palabras con mi nombre.

    El texto es incríble, como siempre.
    ¿William tiene novia?...esto se pone interesante ;)

    Un Beso :)

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  4. Esta historia cada vez se pone más interesante.. ¿William tiene novia? ¡Me muero por ver celos!

    :D

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  5. Si, desde siempre, su chica de toda la vida, pero Sunny no lo sabe... =P

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  6. me guusto mucho ! :D
    ahora quiero mas.. jajaja
    Saludos.

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