Baja el autobús, y mira a su derecha, cruzando lévemente su mirada con la del chico del pelo largo. No sabe por qué, pero siempre le han gustado los chicos así. Le hacen sentir salvaje. Hoy tiene mucha sed de amor, es lo que pasa cuando llevas dieciocho años regalando latidos al aire. Jamás nadie nunca nos dice cuando será un antes y un después en nuestras bonitas y utópicas vidas. Todos nos creemos el centro de todo. El universo que gira y se detiene en el epicentro de nuestras narices. A algunos nos gusta pensar que todo está escrito: Teñirnos el pelo, decidir una carrera, cruzar dos miradas con el chico del pelo largo. Todo predestinado, como escrito en el dorso de un sueño. Entonces ella se atreve a desenvolver el suyo, su sueño, su realidad, su utopía, sus ganas. Ahoga el instinto primario y recurre a la terapia del vaivén del pensamiento. Hace lo imposible por no convertirse en un hemisferio oxidado, y deja volar sus pestañas en un aleteo estúpido que la delata y le mira. "Buenos días, resto de mi vida" dice en silencio, y él no la oye, pero le cruje un poquito el corazón.
Sabe que ha encontrado al amor de su vida un Jueves por la noche, y no piensa dejarla marchar.
Un texto precioso, como siempre.
ResponderEliminarUn Beso :)
Un texto increíble, muy inspirado, muy cuidado, precioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
regalando latidos al aire
ResponderEliminara eso me dedico yo últimamente..
precioso :)
sencillamente ponedor de pelos de punta =)
ResponderEliminardigo de saber lo q uno kiere y de una gran sentada!!
digno, de saber lo q uno kiere y de una gran sentada. no "digo" XD
ResponderEliminarMe encanta el título de la entrada y, por supuesto, el texto que lo acompaña. A luchar por la vida.
ResponderEliminarcuando sabes que es él no puedes dejarle marchar...
ResponderEliminarconozco esa sensación
me encanta :)
Pues si son solamente ocho, pocas son...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
me ha encantado, por un momento podria ser yo la de esa noche, aunque todavia no haya tenido ese momento.
ResponderEliminarsuerte
:)
No cuando el ocho es el número más mágico de todos, Hiperión=)
ResponderEliminar"Buenos días, resto de mi vida."
ResponderEliminarY tanto que le crujió el corazón. ¿A quién no iba a crujirle?
qué perfecto sería...
ResponderEliminarMe apasiona cada entrada tuya. De veras... Pedazo blog tienes.
ResponderEliminarNo cambies nunca.
=).
"es lo que pasa cuando llevas dieciocho años regalando latidos al aire"
ResponderEliminarquizá es eso, lo de perder o ganar oportunidades, lo de saber que será el amor de tu vida... como si alguna voz dentro de ti lo dijera y tú solo quisieras mirarle(a) y decir "Quiero casarme contigo" (Casi)... un texto precioso y muy inspirador... me encantó