Y quizá me encierre a vivir contigo, debajo del edredón.

(:

sábado, 14 de marzo de 2009

Sola con la barra del bar. Y me preguntó por ti.

Las dos de la mañana. O las tres.
Quién sabe.
Whisky en mi copa, tacones altos y ganas de huir.
Estoy sola. Sola con la barra del bar.
( Y me pregunta por tí... )

Al otro lado hay alguien. O eso percibe la parte que queda consciente de mi.
Noto su respiración. Es fuerte y agitada. Vaya, cómo la tuya...
Aún no le he mirado.
Remueve su copa mientras busca algo en su chaqueta. Creo que es negra. Tiene que ser negra. Y de cuero.
Ya le he visto,
sus facciones suaves y atractivas se vuelven ténues a la tibia luz del bar. Es casi divino. Es casi irónico. Apoteósico y maldito demonio que se parece a tí.
Reflejo de mis penas...

Se aclara la garganta y de pronto me mira.
Se prende un cigarrillo. (me sigue mirando...)


Se lo fuma. Lo siente. Lo saborea...
Se recrea en el humo con mis preguntas silenciosas, y bajo la tibia luz del bar sus ojos me parecen aún más verdes que los tuyos.

Pregunta algo al camarero.
Vaya, tiene la voz profunda. Como la tuya.
Me gusta... me recuerda a tí.


-Señorita, la próxima copa es gratis, por cortesía del caballero de la barra.

Nuestras miradas se cruzan y efectivamente es como un sueño.
Atractivo. Fuego en la mirada.
De intensos ojos verdes que piden a gritos comerme. Y hoy.

Pero...

-Gracias. Pero ya me iba...

...No eres tú.
( y por lo tanto, no me importa... )






~ Dicen que aveces,
cuando quieres ver algo con mucha fuerza,
sólo cerrando los ojos,
y al volverlos a abrir aparece.
Yo creo que es mentira.
Y me remito a tu ausencia.

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