Corazón bajo CERO.

La noche se presentaba fría. Pero el corazón de ella estaba en calma. Cálido, como hacía mucho tiempo.

Él sujetaba su mano vendándola con cuidado. Mientras le hablaba de no se qué remedios para el dolor, ella se perdía en sus ojos oscuros, almacenando segundos como tesoros.

Él estaba con ella. En ese momento, sólo en ese momento, ellos eran dos.

Y nada más importaba.


+ Gracias por cuidar de mi. Ya estoy mejor.
Ya puedes irte.... Con ella.
¿La quieres no? Pues ve a por ella.

- ¿Tú también con eso? Todos decís lo mismo.

+ Sí, pero a ninguno de ellos le cuesta decirlo TANTO como a mí.

- ¿...Qué has querido decir?

+ Nada. Sólo vete.
Yo estaré bien...
Estaré bien...




~ Pero ella NO estaría bien.
Y él se había equivocado.

Y la noche seguía su transcurso. Sin mucho sentido.
Como todas las cosas importantes.

~ Tú. Y sólo tú.

Acércate. Mírame a los ojos.

¿No te ves reflejado en ellos?