Y quizá me encierre a vivir contigo, debajo del edredón.

(:

lunes, 16 de marzo de 2009

A Charlie no le gustan las rubias.

Dulce.
Mi dulce Charlie.
Qué ciego estás.

Es ilógico que cuando te regalo sonrisas no sepas ver lo que se esconde.
Todo lo que puedo darte.
Mis putas ganas de querer.
(te)

No es que veas a través de mí,
o de lo que crees que soy.
Es que no consigues entender, que si es por tí entonces yo...
Me dejo ver. Tal como soy...

Tampoco intentas descifrar el tono dulce de mi voz cuando es a ti a quien habla.
Ni lo poco que me cuesta regalarte unas palabras, que no ceden ante la hipocresía del que mira.
Yo ignoro a la gente vacía.
Y veo todo lo que hay en ti.
Dime, ¿por qué no ves tú lo que hay en mí?
Lo que puedo darte.

Si tengo que fingir que no me importas,
ser la actriz que ganó el Oscar...
Pasar entres las gentes dibujándo indiferencia cuando escucho tu nombre.
Que así sea.

Que así sea,
si consigo que al menos te des cuenta.
De que estoy ahí. Fingiendo.
Aguantando en línea de fuego.
Por tí. Y sólo por tí.


~ Dulce Charlie.
Qué ciego estás.

4 comentarios:

  1. exacto, de dónde sacamos las fuerzas... qué ciegos están. no sé cómo lo aguantamos ;)

    "Aguantando en línea de fuego. Por tí. Y sólo por tí."
    me encanta.

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  2. Ver no es sentir... SE puede sentir sin ver ¿Para que ver si lo que quieres es sentir?

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