Y quizá me encierre a vivir contigo, debajo del edredón.

(:

viernes, 22 de octubre de 2010

William observa a su corazón mientras está de espaldas.


-Sunny, dime que no sea excéntrica. Hoy no. Tengo que dejar de serlo durante cinco minutos por lo menos. Ay dios mío!

Alyson entró a la cocina con aspezto desquiciado, parecía que estaba a punto de darle un ataque de nervios.
Tenía el pelo alborotado, el vestido arrugado, y aún con todo seguía viéndose adorable.

-¿Propósitos de año nuevo mañaneros o algo? ¿Qué te pasa enana?
-Uff, si yo te contara...
-Allie, no puedes dejar de ser excéntrica. Pienso que si lo hicieras te hincharías como un globo te volverías azul y acabarías explotando por los aires.
-¿Azul? ¿Por qué azul? ¿No podría ser un color más bonito...como el rosa o algo así? Madre mía me va a dar una catársis.
-¿Ves? jajajajaja- Sunny rompió a reír. -No puedes dejar de ser excéntrica. Le pones tu propio toque a todo lo que haces. Y por eso te amo tanto, hermana mía. A veces dejas a la gente de piedra con tu brutal sinceridad.
-¿Te amo tanto hermana mía? Sunny... !tú estás peor que yo! ¿Qué te ha pasado? - La miró unos segundos mientras la peliroja daba un sonoro sorbo a su enorme café mañanero, terminándoselo. -¿Por fín te has tirado, "barra" planeas tirarte al chico de Kansas, que tanto amas en secreto?
-¿Eres idiota? Muérete.
-Ah vale, ya vuelves a ser la Sunny que me gusta. El encanto adorable al que todos quieren.

Sunny volvió a reír.
Estaba de un humor inusualmente bueno, parecía que algo había cambiado ese fin de semana.

El concierto de The Funny Birds se acercaba, y ella procuraba concentrarse solo en la profunda voz de Roddy Stephenson, el vocalista de la banda.

Pocas veces se le escapaban recuerdos furtivos de la voz de William cantándole al oído, pero ella los ignoraba pensando que pronto estaría cara a cara con su grupo favorito, abandonándose a la música y no pensando en nada.

Pero la ignoración al comentario de su hermana la delataba.

-Oye Allie.
-Dime.

Alyson tuvo un altercado con el tarro de azúcar y acabó vertiendo demasiada cantidad en su gigantesco café.

-Si sobrevivo a este día, por favor, prométeme que me vas a regalar algo, darme una fiesta, o ponerte un escote de los míos, -que a ti te quedan mejor, perra. - y ligarte a William de una vez.
-Tiene novia.
-Te quiere a ti.
-¿Cómo lo sabes? No siquiera le conoces, ¡Joder!
-Vaya..
-¿QUÉ!?
-Lo has admitido...
-...Y qué... joder... parece que me conoces mejor que yo misma.

Alyson sonrió y abrazó a su hermana.

-Te conozco Sunny. Hace dos años eras la chica más alegre que yo había visto en mi vida. Sonreías siempre, tanto que se te veían las encías, y yo me metía contigo.
-Tampoco hace falta que entres en esos detalles.
-Ya bueno... el caso es que encandilaba esa felicidad que tenías, las cosas te iban bien con Jason, eras feliz por primera vez, tenías amigas y el mejor par de tetas de todo Jacksonville.
-Alyson... por favor. NO DES LOS DETALLES!
-¡Pero es que es cierto! Y te odio por ello... -Sunny la fulminó con la mirada. -Bueno, prosigo. Lo que quiero decir, es que cuando las cosas nos van bien, es normal que estemos felices, te admiraba por valorar tanto lo que tenías, y quererlo tan bien. Pero acéptalo, él se fue, y te dejó y tú te sumiste en una oscuridad rara, llena de heavy metal y camisetas holgadas.
-Ya me gustaba el heavy cuando estaba con Jason, además ahora soy más de Punk-rock o heavy ligerillo.
-Si bueno... lo que me interesa es que estoy harta de ver como no vives.
-Sí que vivo.
-No solo respirar es vivir.
-Eso lo has copiado de alguna película.
-¡Da igual! es muy bonito... Y además tiene razón.

Unos segundos pasaron, Alyson parecía ahora más relajada, Sunny todavía no sabía que le pasaba a su hermana, se habían detenido a repasar los problemas de Sunny, como siempre Allie era en el fondo una altruista. Una altruista con el ego bien grande, pero altruista.

-Si ya sé lo que quieres decir...
-¿Entonces, por qué puñeta no se lo dices claro de una vez?
-Porque es él el que tiene que mover ficha. Yo no puedo hacer nada, y por nada del mundo quisiera perder su amistad.
-Ouch.
-¿Qué?
-LLego tarde. PROBLEMA! PROBLEMA! Lo siento, seguiremos la terapia para otro día, me voy! que me toca exponer mi teoría sobre las fobias en clase. ¡DIOSS!
-Les vas a dejar a todos flipados, futura psicóloga de élite.
-Joer, si en el fondo sabes decir cosas bonitas!

Alyson salió luciendo una gran sonrisa.
Y Sunny se había ganado otra.

Esa mañana lo vería todo mucho más claro.





La clase de expresión artística se le hizo eterna, debido a que la profesora no paró de relatar una tras otra todas las quejas que encontraba en el Sistema, mientras ellos debían dibujar un par de mazorcas y un racimo de uvas, y a Sunny no hacían más que venírsele a la cabeza ideas estúpidas, como políticos con cabezas de frutas reivindicando por una mejor educación.

En esos momentos, lo normal era que ahí estuviera él, para compartir las estupideces de su loca cabecita con ella.

Eso fue lo que la enamoró.

-Sunny, ¿Te gusta mi mazorca? -Dijo William cambiándo posiciones y poniéndose al lado de ella.
-¿Te haces una idea de lo obsceno que suena eso, Willy?
-Eh eh, eh...joder! Es verdad, jajajaja. -El chico rió. -Pero te juro que no lo había pensado.
-Sí claro. Lo patético del asunto, es que tu sabes dibujar mazorcas y lo mío parecen magdalenas.
-¡Umm...qué ricas!

William puso cara de tonto y fingió comerse el dibujo de Sunny. La profesora Meyers pasó por delante, y Sunny le pisó un pie a su amigo para advertirle. Pero era demasiado tarde.

-Señor Rivers...
-Um... ¿señora Meyers?
-¿Tiene usted hambre, señor Rivers?
-Bueno, podría decirse que sí, casi siempre tengo hambre.
-Muy bien. Pues adelante el recreo y salga de mi clase ahora mismo, por favor.
-Con mucho gusto.

-Menudo payaso. -Murmuró Sunny muriéndose de la risa mientras William le hacía gestos ridículos a la profesora mientras estaba de espaldas, y vio como abandonaba la clase feliz y sonriente.

-Pero me alegro de que no hayan cambiado las cosas... -pensó.

-Señorita Summers...

Sunny estaba en su mundo.

-¿Si?
-¿Podría usted decirme, la diferencia cromática correctamente empleada, para la elaboración de una composición frutal como la que usted tiene delante?
-Emmm...

Sunny odiaba a esa profesora. Le resultaba pedante hasta extremos insospechados. Y William no estaba para estallar a reír por la situación, y al menos darle apoyo moral para que contestara a la difícil pregunta.

-Emm... amarillo para las mazorcas y... morado para las uvas..?
-¿MORADO???? MORADO DICE??
-Sí...eso creo.
-¡Pero usted ha estado prestando atención a mi clase algún día? Váyase ahora mismo usted también. Y de paso tráigame mañana una redacción con los usos del color MAGENTA. Habráse visto...

Sunny salió despavorida creyendo que la profesora se la meriendaría viva y sin pensarlo, salió al jardín a reunirse con William.

La mañana estaba resultando bastante diferente a las otras, pero se lo estaba pasando de maravilla.

Ni siquiera reparó en el detalle de que ella y William iban a estar completamente solos por al menos una hora y media, ni que el aspecto que William tenía ese día, con una sudadera negra y unos bakeros desgastados era exactamente el factor que más debilidad podría causarle. Non podía luchar contra sus sentimientos viéndole hacer gestos extraños desde el césped, riéndose de ella y luciendo sus ojos negros a su antojo... sin tener ni idea de cuánto daño le hacían a ella al recordarlos.

-¿Tambien te han echado? Jajajaja ¡qué pringada!
-¿Te recuerdo quién ha sido el primero en abandonar la casa? Por lo menos mi motivo ha sido menos triste que el tuyo.
-¿Qué ha sido? -El chico reía, y Sunny se perdía en sí misma mirándole. -¿Has llamado al David de Miguel Ángel, Antonio, o te has pasado de lista hablando de las mazorcas?
-Emmm... no, simplemente he expresado mi amor por tu dibujo y te he apollado fervientemente cual grouppie desquiciada, así que me ha echado. -Mintió Sunny, provocándole.
-Siempre está bien si expresas así tu amor por mi...

William empezó a acariciarle a Sunny la cara, jugando. Siempre jugando.

Nada era real.

Nada era real.

¿...verdad...?

-Por supuesto. -Dijo ella. -La forma en que dibujas mazorcas me emociona tanto que podría morir ahogada en mis lágrimas.
-Te quiero.
....


-¿EH?

¿Eh?, ¿Eh?
Reacciona Sunny.
Reacciona.

Pero a veces,
las cosas suceden así,
el subconsciente te traiciona, y al final dices lo que quieres decir.

-Que te quiero. -Repitió William. Y Sunny creyó morir por combustión expontánea. -Sobre todo porque aprecias mi arte.


Pero otras veces, preferimos encubrirlo con casualidad.

William respiró.

-No en serio. No me río, gracias por venir a hacerme compañía en mi soledad...

Sunny no hablaba. Se tumbó en la hierba. Sacó su ipod del bolso.

-Claro, claro. Pero házme tú la redacción sobre los usos del magenta...

Le dio la espalda. Se quedó mirando la nada, No sabía como le salían palabras.

William se sintió como un huracán a punto de estallar. ¿Qué es lo que había dicho?
-La jodida verdad. -Pensó.

Simplemente, no pudo evitar enmascararse después, como siempre.

-El Miércoles es el concierto. -Dijo él, tratando de cambiar de tema.
-Ya.
-Quedan dos días.
-Ya...
-Vaya entusiasmo.

Sunny se dio la vuelta, y se le ecnontró mirándola de frente. Estaban a apenas unos centimetros de distancia. Se miraron.

La presión fue demasiada y ella se apartó.

-No te haces una idea de las ganas que tengo de que llegue.
-Y yo.

No se miraron. No podían. No entendían.

No concebían un mundo el uno sin el otro. O el otro sin el uno.

Pero no estaban juntos. No. Eran solo amigos.

Él era William Rivers, y salía con Rachel Simmons, tenían una relación estable y rutinaria. Pero estaban bien.

Y un buen día, conoció a su alter ego,

Una peliroja endiabladamente irónica y solitaria, llamada Sunny Summers.

Y simplemente,
no podía negarlo...

-¿Con quién irás? Te regalé dos entradas.
-Con Alyson.
-¿Tu hermana?
-Sí.
-Bien.
-...
-Yo iré solo.
-...¿No ibas con tu novia?
-Iba. Pero tiene otros planes. Y no le gusta esa música.
-Ah. Que mal gusto.
-Bueno... me eligió a mi después de todo. Dilo. Sabes que quieres decirlo.


Pero Sunny no contestó a eso. Realmente quería matar a William en ese momento, por crearle situaciones así.

-Pues vente con nosotras.
-...Vale.

Excitación.
Excitación increíble,
ambos.


Pero fingiendo desinterés.

-El miércoles entonces...
-Sí, el miercoles...

Sunny encendió su ipod y se colocó los cascos.
La música empezó a sonar.

"I don't mind it, I don't mind at all...
It's like the way we fight,
the times I cry..."

-Sunny.

Pero ella no le oía.

"No, I don't believe you,
when you say you don't need me anymore..."


William se quedó mirándola un rato.
Su espalda.

Sus hombros delgados, parecían suaves.
Sus curvas se perdían en el horizonte de unas caderas bien formadas, precedidas por una cintura estrecha.

Su pose perfecta,
perfectamente equilibrada.

Su pelo rojo relucía.
Parecía fuego incandescente.

Se acercó,
olía a fresa.

Sintió como moría un poquito.

Él era William Rivers,
salía con Rachel Simmons,
su relación era estable y rutinaria,
era muy buena...

Olía a fresa.

Sunny olía a fresa, ¿quién lo diría?
Tan dura por fuera,

como una niña jugando por dentro.
Una niña herida.

Joder.
Cómo la quería...


Le estaba matando.


-El miércoles....

Entonces, él tambien se dejó llevar por la música y se perdió en su mundo.

"No, I don't believe you,
so don't pretend to not love me at all..."

5 comentarios:

  1. Ainss... esta historia cada vez me gusta más, estoy deseando que llegue ya el día del concierto, seguro que será un hito...

    ¡Un beso! :D

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  2. Echaba de menos leer sobre estos dos. Seguiré atenta la próxima entrada. Besos.

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  3. Estuve a punto de llorar, por favor, no abandones esta historia, que podría morirme. M encanto!
    Saludos :)

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  4. Oh, dios, mio!
    Me encanta, de verdad.
    Un Beso :)

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  5. Ojalá tuviéramos unas gafas para ver los pensamientos del otro cuando nos incluyen. Sin compromiso, sin malos rollos y sin miedo a que nos rechacen, todos los sentimientos serían menos complicados. Y los corazones correspondidos permanecerían unidos.
    Me encanta esta historia :)
    Un beso!

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