Y quizá me encierre a vivir contigo, debajo del edredón.

(:

viernes, 29 de octubre de 2010

Alexis Jackson McSheffield. De olvidos y otras cosas improbables.


Alexander entró en la casa y se encontró a su hermana caminando en ropa interior, camino a la cocina.

-Ah, Hola Alex. -Dijo, y sonrió mientras rasgaba el envoltorio de un bollo de crema, para después metérselo en la boca.

-Hola Lexie. ¿Sabes que existe algo llamado ropa? La gente normal la usa mucho.

Lexie le dedicó dos miradas interrogativas para después voltearse y prestar toda su atención al bollo de crema mientras se alejaba resuelta hacia el salón.

-No sabes lo que dices. -Se le oyó decir. -Si por mi fuera me pasaría el día desnuda. Es genial.

Así era Lexie.
Natural y espontánea. Terriblemente sincera.

Era, como si estuviera desnuda todo el tiempo, (aunque no en el sentido estricto de la frase) pero su forma de comportarse con la gente, como si no tuviera nada que esconder, era lo que más resaltaba una vez que la conocías.

Algunas veces asustaba a la gente, o se formaban ideas equivocadas de ella.

Inevitablemente, en los tiempos que corren, una cualidad como la sinceridad no es algo que abunde en las calles, ni en las casas, y desafortunádamente Lexie no tenía ninguna intención de adaptarse. Nunca sería alguien que no es.

-Por cierto. -Dijo ella cuando se hubo acabado el dulce. -Si llama un chico preguntando por mi, dile que estoy en la ducha y no puedo ponerme.

-Pero no va a ser cierto, ¿verdad? -Preguntó su hermano.
-No. Me voy a pasear. Hoy hace buenísimo. Bye bye bro!

Una sonriente Lexie salió de la casa minutos más tarde. Ese día no pensaría en nada más que en ella misma. Se iría de compras. Compraría libros y ropa. Se tomaría un café en Starbucks, sola. Admiraría la estructura de la ciudad. Disfrutaría al ver parejas de ancianos que aún se dan muestras de amor por las calles. Sonreiría al ver a niños regalarle rosas a las niñas. Descubriría un montón de cosas filosóficas interesantes. Escucharía música de su móvil hasta reventarse los tímpanos. Pensaría... NO PENSARÍA. No iba a pensar.

Y mucho,
mucho menos pensaría en él.

Sammuel ya no existía para ella.

Ya no.

8 comentarios:

  1. Me encantó. Esa transparencia escaséa por estos días. Escribes con estampa, eso me gusta. Saludos desde el piso trece :)

    ResponderEliminar
  2. Wow que lindo, a veces me gustaría poder ser igual de espontanea que Lexie :).
    Saludoos!

    ResponderEliminar
  3. Ya está. Has conseguido que me enganche a otra de tus historias.
    Un Beso :)

    ResponderEliminar
  4. Me encanta la transparencia que demuestra Lexie.
    Siempre deberíamos pasar un día así, solo pensando en nosotros :)

    Tesigo!
    Pa' Poulain.

    ResponderEliminar
  5. Lexie desnuda incluso de pensamiento....

    mi beso

    El magnetista

    ResponderEliminar
  6. Me encantan esos días de egoismo necesario, esos días en los que nos dedicamos a querernos a nosotras mismas.
    Qué bien me va a caer Lexie!
    :)

    ResponderEliminar
  7. Me gusto muchisimo :)
    Saludos

    ResponderEliminar