Y quizá me encierre a vivir contigo, debajo del edredón.

(:

domingo, 25 de octubre de 2009

Ah pero, ¿te importa?

Querida Chelsea,

Sé que es un poco tarde para disculparse, pero ya sabes que uno de mis encantos es llegar tarde a las cosas importantes, como el día de nuestra boda en Madagascar.
A tí, se te rompió el tacón de uno de los zapatos, esos tan caros y exclusivos que tuvimos que recorrer medio mundo para comprar.
Después, llegaron las excusas tontas para retrasar la hora de la boda y finalmente llegué yo, con el smoking destrozado y mi permanente sonrisa.

Recuerdo que tú ni siquiera me preguntaste qué había pasado, en lugar de eso te echaste a correr a mis brazos a una velocidad increíble, rasgándote la cola del vestido y escandalizando a la estirada de tu madre. Así que te cargaste los tacones, claro...

Me querías...
Me querías tanto que no te importó que mis dos millones y medio de fallos y manías amenazaran con derretirte la cordura.

Tenías tanta fuerza. No importa que cabrona fuera la vida contigo.
Siempre te levantabas. Una y otra vez. Como la luna por las noches.

Me arrastrabas a mí, y a todo el que se dejara con esa jodida sonrisa tan pegadiza tuya. Eras un pequeño angel con cara de mala. (Y no, no voy a decirte todavía por qué lo creo.)

No creo que pueda ver más amaneceres en Manhattan contigo.
Ni siquiera voy a ser capaz de subirme a ese tren negro y gris sin acordarme de que te da terror estar sola.
Y echarme la culpa doscientas veces al día por no haber sido capaz de mantenerte a mi lado.

No voy a volver a aprenderme de memoria los lunares de tu espalda.
Ni encontrar el punto exacto (que nadie más sabe) que te arranca las cosquillas y no paras de reír como una niña, hsata las dos y cuarto. Y después nos echamos el edredón por la cabeza y nos contamos secretos, aunque ya los sepamos todos. Y rompes a reír, como en las películas de tragicomedia, esa risa de corazón que duele en todas partes menos en el alma, y que me recuerda todo eso que no puedo tener y que echaré de menos.

Ahora necesito que te seques las lágrimas y me odies solo un poquito menos. Lo suficiente para ir al armario de la cocina y sacar la caja plateada. Está llena de cartas.
Sé que Katie algún día empezará a preguntarse por todo lo que le rodea, y cogerá un lápiz y un papel, y escribirá.Escribirá tonterías, como su loco padre.
Y una vez que empiece, no sabrá parar.

Sé que ella será artista, aunque saque tu voz de sirena, (puedo intuírlo por los gritos que pega al llorar cuando tiene hambre)
Será una niña preciosa, como su madre, estoy seguro.

No quiero que llegue la línea de despedida. (Sí, esa típica línea cliché en la que te digo cuánto te quiero pero lo estúpido y necio que soy a la vez) De verdad que no quiero.

Lo único que quiero es volver a escuchar las olas del mar mientras dices que soy lo más cerca que has estado de tocar el cielo.
Lo único que quiero es tener el valor de contarte que nunca he tenido el más mero atisbo de valor. Y que, si alguna vez te lo ha parecido eso era porque lo fingía por miedo a no estar a la altura de tu voz.

Adiós Chelsea.
No me eches de menos.
Ponte ese vestido rojo tan bonito, aunque lo odies.
Arréglate los rizos y ponte maquillaje. (O mejor no. Dios sabe lo preciosa que estás al natural)
Y sal a bailar.
Diviértete y no tengas miedo de reírte hasta de la propia suerte. Demuéstrame que lo mejor de mi vida tiene aún las agallas para sobrevivir en un mundo lleno de idiotas. Brilla como sólo tú sabes hacerlo.
Y por que no, cómprate todos los pastelitos rosas del mundo, todos para ti. Te los regalo.Daría la vida por ellos y por ti.

Benjamin.
(El imbécil más grande, rey de todos los imbéciles que pueblan la tierra de los idiotas sin remedio.)

...Y una de las razones por las que, seguramente y por mucho que a mi me duela, esos ojos (casi)verdes que tienes se volverán grises de tanto llorar.

6 comentarios:

  1. ¿Por qué le rompe el corazón Benjamin a Chelsea? Espero que tenga motivos de peso para provocar ese mar de lágrimas...

    Besos polares!

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  2. oooooh por Dios, si me has hecho llorar a mi que nada tengo que ver con la historia.
    Que carta tan....increible,lo normal suele ser una carta cruel llena de reproches y malos pensamientos.No tengo ni idea de qué habrá pasado, pero a mi me ha llegado.
    un beso

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  3. Me gustaría creer que Benjamín y Chelsea son únicamente fruto de tu imaginación... pero ese "apelativo cariñoso final" a la persona de Benjamín, con tanto resentimiento... me hace pensar que no estoy en lo cierto.

    Miles de besos, mi adorada Julieta.

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  4. olvidalo
    cuando uno decide irse, no hay dolor más grande que imaginar lo que será mirar atrás..



    gran texto, como siempre
    :)

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  5. Sin palabras. Hacia tiempo que un relato no me llegaba tan adentro. Y no, en parte, no es buena señal... porque, ya sabes, todo ese rollo de sentirse identificada y demás, pero es tan bonito, tan perfecto, tan adorable.
    Y perfectamente escrito, claro.

    muaa.

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