Desearía... a tí, para ser exactos.

Desearía una tarde de Mayo a solas los dos en tu cuarto.
Desearía contener la risa al verte nervioso a mi lado.
Desearía mañanas eternas de sol en tu sofá reflejado.
Desearía cubrirte de besos y incitarte al pecado.
Desearía tolerar el café, sólo para verte preparándolo.
Desearía dos cucharillas de azúcar y un poco de tus labios.
Desearía perderme en tu espalda y que me rocen tus manos.
Desearía quitarte el aliento despacito y susurrando.

Y es que desde que has llegado a mi mundo todo brilla demasiado.
La luz que sale de ningun sitio y se asienta en mi tejado.

Quiero lunas que me cuenten que te vieron suspirando.
Suspirando por mi pelo y por mi forma de tocarlo,
Desilizando suavemente la palma de mi mano,
recreando el él figuras de corazones robados.

Robados por ti, mi ladrón de guante blanco.
Siempre tan dulce conmigo.

No notas que deliro,
por ser tu único pecado...

Haces que mis intentos de olvidarte se queden sólo en eso,

en intentos...

~ Y la mitad de las cosas no te las digo,

por parecer demasiados evidentes...

Imposible hacerte mío,

como un escalofrío.