-¿Qué estás mirando ahora? –Me preguntó Azuki, mientras me tendía un Oniguiri recién hecho. Me había enganchado a la comida japonesa, gracias a Azuki. Estábamos en uno de esos días sin misión por realizar, y nos encantaba bajar a la Tierra, donde éramos completamente invisibles para todo ser viviente, y dónde pasábamos a ser meras observadoras de la vida que habíamos dejado atrás y ya nunca retomaríamos.
-Le estoy mirando a él. ¿Ves? Esa es su ventana. Está observando la noche. Me… resulta fascinante. Cada noche hace lo mismo. A la misma hora. A esta hora… solíamos estar hablando, sobre cualquier cosa que se nos ocurriera…
-Ainy…
-Estoy bien. –Dije eso, pero dos lágrimas habían empezado a formarse, y mis ojos se estaban empañando ligeramente. Pestañeé, no quería que nada estropease aquella increíble visión.
Azuki no dijo nada, y me rodeó con su abrazo. A pesar de su pequeño cuerpo, Azuki era muy cálida. Su abrazo reconfortaba cada parte desencajada de mi propio ser. Pensé en todos aquellos abrazos que ya nunca podría darle a su hermano pequeño, y cómo se los estaba robando yo ahora, cuando de haber tenido una vida natural, probablemente Azuki y yo nunca nos hubiéramos siquiera conocido.
-Vayámos a ver a tu hermano mañana, ¿vale?
-No. –Contestó ella. –Hiroki se va a dormir a las nueve, aún es un niño, así que no merece la pena gastar nuestro único tiempo libre así.
-Pero podrás visitar Hokkaido, o a alguno de tus amigos… ¿no lo echas de menos?
-Volvamos aquí, Ai. Quiero que le mires mirar la noche un poco más.
-Pero si… tampoco hacemos nada aquí. –Hice vanos esfuerzos para ocultar que me sentía totalmente llena tan solo mirándole. –Solo está ahí parado congelándose mirando el cielo… por dios, debería cerrar la ventana ya! Se va a enfermar! Y pronto serán sus exámenes… ¡habráse visto! Si pudiera tocar la ventana se la cerraría en la cara, aunque pensase que soy el fantasma de su tía abuela, o algo así. –No pude contenerme más, y seguí hablando.- Porque por supuesto, no puede verme, ni tocarme, ni oírme. Ni recordar todas las charlas que hemos tenido, ni los abrazos que me ha regalado. –El torrente de palabras seguía imparable.- Ya ni siquiera se acuerda de cómo enrojecía al encontrarse conmigo, o el nerviosismo de aquella vez. Ya no… volverá al lugar donde nos conocimos, ni volverá a imaginarse cientos de finales en los que acabábamos juntos. Ya no… se.. acuerda de mi.
Mi voz se volvió un susurro inaudible en las últimas palabras, justo cuando cubría mi cara con mis manos y rompía a llorar, mojando la ropa de Azuki, que me abrazaba fuertemente contra sus hombros, acariciándome el pelo.
-No se acuerda porque le han obligado a no recordar, una magia que escapa a nuestro control. Sin embargo, hay algo que los Altos Mandos no pueden quitarnos.
Escuché la suave voz de Azuki y la miré débilmente para darle a entender que no comprendía sus palabras.
-Estoy segura, de que aunque ese chico ya no pueda recordarte, los mejores recuerdos de su vida, sin embargo, son contigo. Una vida, que aunque no pueda rememorar busca cada noche en las estrellas.
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Nuevo proyecto de novela, sí lo sé, soy demasaido inconstante, empiezo novelas que no termino, pero cuando te invade una idea... algún día las haré todas, I promise!
Estas dos chicas son dos de mis personajes de "Skydivers", una nueva novela, con elementos de ficción que transcurre entre el mundo normal y uno paralelo, donde se encuentra la protagonista, Ainara.
iré poniendo mñas información sobre este nuevo proyecto, de momento me gustaría saber que es lo que habéis sacado en claro de la escena y desentrañado de la historia, toda opinión es un placer, como siempre! =)
Un beso a todos,
y gracias!